¿lo puedo tutear, presidente? te vi subiéndote a una reja ayer, te vi ebrio de alegría como no entendiendo que ahora eres un presidente, suena tan enorme la palabra, suena tan decepcionante también. Es que la Historia te juega en contra y la palabra «presidente» ya se cargó de mala vibra, de ilusión de consenso, de hambre de poder enceguecido. Te escucho hablar y no hablas muy distinto a muchos de mis amigos, es que somos de la misma generación, es que tenemos el mismo lenguaje ilusorio, un poco engrupido también.
Celebré tu triunfo, abrí un vino de acá del valle ¿has venido al Valle de Aconcagua? hay varias viñas, también está haciendo un calor abrumador, y la sequía que nos ahorca hace 10 años no colabora con hacer la calidad de vida mejor, gente ha muerto, animales se pierden buscando lo que antiguamente era un humedal o una laguna. A propósito, trabajo en el Centro de Rescate de Fauna Andina, uno de los muchos centros de rescate de fauna silvestre del país que el Estado ha dejado a la deriva, autofinanciándose en base a la solidaridad de la gente ¿quieres hacerte socio? la cuota es baja y la pega profunda (agotadora también)
Te escribo porque tengo como un nudo dentro, una disputa entre quien se alegra de algo y un escéptico amargado ¿se vale el calificativo «amargado» en un mundo que nos violenta a diario? quizás no, y quizás es el estado inicial que tenemos que enfrentar. Te escribo, y caigo en la redundancia, porque necesito decirte que me caes bien, que leí tu programa y, si bien tiene hartas arrugas que plancharle, en varios puntos me da tranquilidad. Pero todo de momento son especulaciones, una ilusión de bienestar, fantasías de dignidad para todos ¿sabemos quienes somos todxs? y pararme en esta fantasía que, por más que me esfuerzo en creer, no puedo dejar de verla así, es lo que me genera el nudo. La política partidista para mi ya no tiene sentido, los partidos y conglomerados terminan sumiéndose en la misma vereda que muchos autores ya evidenciaron hace décadas: detentar el poder por detentarlo, y al final todo sigue virando hacia el olvido, olvidar los programas, olvidar el bienestar ofrecido, olvidar la política, pareciera que todo sucumbe a un mercado que parece un kraken que devora todo, jamás existió ninguna mano invisible, porque nunca fue invisible, tiene nombres y apellidos que durante nuestros breves siglos de historia han acaparado todo lo que se les ha cruzado ¿te conté que soy historiador? noble oficio, precarizado por supuesto, como todos mis compañeros de ciencias sociales, humanidades y artes, nobles disciplinas condenadas a concursar todos los años para tener con qué pagar el arriendo al siguiente, condenados a la palabra «postulación» como mantra para todo.
Creo que hemos sepultado el significado real de la política, el hacer sociedad, conformarnos como colectivo y habitar la amabilidad y la justicia con tintes de ternura ¿es que el capitalismo salvaje nos quitó también la capacidad de enternecernos con la vida? ¿es que todo debe ser un excel? Dejé de creer en esa macro estructura cuando vi a mis enfermos amigos apagarse por no tener plata para sus tratamientos, y a un Estado ausente de todo, y a una institucionalidad que para no meterse la mano al bolsillo inventaba una burocracia absurda. Le perdí la confianza a la institución cuando una ISAPRE me llamaba a diario desde las 8 am para cobrarme, como si mi tratamiento hubiese sido un auto que no estoy pagando. Le perdí la confianza cuando asumí que la única forma de pagar mi radioterapia era haciendo rifas y bingos, y mi familia y yo nos volvimos expertos, una expertis tétrica porque envuelve la brutalidad del abandono hacia los enfermos y hacia todxs.
No me quiero alargar, aunque ya lo hice, no quiero acaparar discursos y que mi letra se pierda como la de muchos, es solo la mía, y capaz que esté puro hablando weas. Tampoco quiero que se me tome de ejemplo de nada, porque sentidas como mis palabras, han sido las heridas que dejé en el camino, vergonzoso he sido, trizando vidas como quien deja caer un huevo al suelo. Así que no me leas con ternura, léeme con crudeza, con realismo, porque quien escribe es tan complejo y ambivalente como la época que nos tocó vivir.
Me conformo con saber que tu programa no se convertirá en un check list de cosas que tienes que hacer y que, en cambio, transmutará a una ética de mandato, a una forma de entender el mundo y la política.
Lo veré en algún meme «presidente», espero verte en la calle Gabriel.
Jorge Cancino Palma
Hermosa carta la de Jorge Cancino
Felicitaciones