Por Raúl Crisóstomo
Joaquín, quien vivió gran parte de su infancia y adolescencia en Los Andes, publicó hace unas semanas atrás «La creación artística como tratamiento de lo traumático», libro erigido como resultado del trabajo de una tesis, en el marco de la Maestría en Clínica Psicoanalítica (ICdeBA-UNSAM).
En conversación con él, y al consultarle sobre las motivaciones y las definiciones que envuelven dicho trabajo, nos cuenta que su interés nace por “investigar sobre una posible relación entre trauma y creación artística”, abordando “el caso de Frida Kahlo, artista que se enfrentó a lo traumático a partir de diversos acontecimientos que produjeron consecuencias que la acompañaron durante toda su vida”. Sobre ello “se le reconoce la capacidad de haber transformado las tragedias en obras artísticas, trabajo de creación que estuvo presente gran parte de su vida y en el que además siempre estuvo muy implicada”.
Por otro lado, sobre las bases que teóricas y propositivas del libro, manifiesta que dentro de el los lectores “encontrarán un recorrido que comienza con una revisión de antecedentes. Luego, una aproximación en torno a la noción de trauma y creación artística, tomando como principales referencias a los psicoanalistas Sigmund Freud, Jacques Lacan y Jacques-Alain Miller. Posteriormente, una indagación sobre la vida y obra de Frida Kahlo a partir de tres ejes: un cuerpo accidentado, maternidad imposible y desencuentros amorosos. Ya hacia el final, se encuentra aquello que Frida Kahlo enseña al psicoanálisis para terminar con algunas ideas -no tan- conclusivas”.
Por último, nos invita a la lectura con una cita encontrada en el diario íntimo que Frida Kahlo escribió durante sus últimos diez años:
“¿Quién diría que las manchas viven y ayudan a vivir? Tinta, sangre, olor. No sé que tinta usaría que quiere dejar su huella en tal forma. Respeto su instancia y haré cuanto pueda por huir de mi mundo”.
Frida Kahlo, 1953.