El pasado sábado 16 de julio llevamos a cabo nuestro segundo coloquio, titulado “Patrimonio Natural en el Valle del Aconcagua”. Esta vez contamos con la colaboración de la Ilustre Municipalidad de San Felipe, el Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y el Programa Par Explora de CONICYT Valparaíso.

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Palabaras de bienvenida de nuestro presidente Jorge Cancino.

La actividad tenía por objetivo, generar una instancia de conversación entre el público y los diferentes actores que actualmente trabajan por la conservación del patrimonio natural en Aconcagua. De esta manera se buscaba reflexionar sobre los problemas que aquejan la existencia de los entornos naturales del valle, y por qué es necesario involucrarnos como sociedad para procurar su existencia presente y futura.

A pesar de haber sido un día feriado, contamos con una amplia asistencia de personas, quienes llegaron desde diferentes puntos de la zona, incluyendo Quillota y Santiago. Esto nos confirma una vez más el interés por el patrimonio y la importancia de realizar este tipo de actividades abiertas a la comunidad.

El coloquio partió con el primer bloque de expositores conformado por Álvaro Bohme de la Agrupación Ecológica de Campos de Ahumada y Catherine Kendrick del Parque Andino Juncal.

Desde la Agrupación nos hablaron sobre su proceso de conformación, la lucha contra la minería y la basura que dejan los visitantes. Su relato demuestra cómo las comunidades, a pesar de las desventajas que pueden tener frente al desarrollo minero y los intereses de privados, se pueden organizar para frenar los peligros que degradan su hábitat.

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Catherine Kenrick presentando sobre el Parque Andino Juncal

Del mismo modo, desde el Parque Andino Juncal nos contaron cómo evolucionó la idea de crear un parque privado para la conservación de un ecosistema alto andino. Su experiencia dejó en claro las posibilidades que existen para conservar el patrimonio natural, pero sobre todo, lo importante que son las alianzas para que esta conservación sea efectiva y duradera.

Después de estas presentaciones, inmediatamente el público se animó a hacer preguntas a los expositores, incluso a intervenir y contestar consultas hechas por sus pares, conversaciones que fueron continuadas en el descanso.

El segundo bloque lo conformaron Juan Carlos Cerda especialista en ecosistemas de montaña, Doris Sanhueza del Centro de Investigación en Turismo y Patrimonio (CITYP) y Denisse Núñez de CONAF.

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El especialista en ecosistemas de montaña, Juan Carlos Cerda.

Juan Carlos nos habló de la importancia de conservar las cuencas hidrográficas que forman el valle, por ser estas donde se encuentran los ecosistemas que dan vida los ambientes naturales y sociales del valle (medio ambiente, economía y cultura). Su principal propuesta se fundó en la necesidad de generar una planificación intercomunal en estas áreas, argumentando su beneficio social al suplir la falta de áreas verdes urbanas en la zona, cuidando de las ya existentes en la cordillera cercana.

Por su parte, Doris nos contó sobre el trabajo de CITYP, destacando lo realizado en relación al catastro de especies, la identificación de espacios de patrimonio natural y el desarrollo de oferta turística de intereses especiales. Según la investigadora, éste sería el camino para generar la conservación de los ambientes naturales de Aconcagua, de manera consciente y sustentable.

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La directora de la oficina de CONAF en Aconcagua, Denisse Núñez.

Por último, Denisse de CONAF nos instruyó sobre los marcos legales para la protección del patrimonio forestal en Chile. Desde un punto de vista crítico, se refirió al problema de la conservación del bosque esclerófilo típico de la zona de Aconcagua, el que tiene poca presencia en la legislación vigente. Esto haría que su protección sea poco efectiva, frente a las amenazas humanas y climáticas que lo están haciendo desaparecer y, con ello, aumentar el avance del desierto.

De este modo se dio término a las exposiciones y se abrió el conversatorio en torno al vino de honor preparado para la ocasión. Los asistentes tuvieron la oportunidad de conversar con los expositores, compartir experiencias y problemáticas en común, y animarse a generar una propia red de cooperación.

De nuestro lado podemos decir que fue un coloquio intenso, que cumplió su objetivo de generar la instancia para crear lazos, abriendo nuevas oportunidades para avanzar en la conservación de nuestro patrimonio natural, fuente de identidad colectiva para los habitantes de Aconcagua.

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Al término de las presentaciones, a modo de agradecimiento, los expositores recibieron un diploma y un regalo.