Por.-Danilo Herrera

Quizás, y sólo especulamos al respecto, la dificultad de pensar en el patrimonio en términos que superen miradas y apuestas tradicionales, está en el hecho de que la comprensión de éste se funda -a juicio nuestro- en el rescate de aquello que está fuera de lo común. Apunta de esta manera, a proteger ese espacio, esa actividad o lugar, que es único y por ello digno de ser rescatado del paso del tiempo y el desarrollo moderno. Entonces, es posible preguntarse, qué sucede con todo aquello que aparece a nuestros ojos como algo común y corriente, que por su cotidianidad y constante presencia llega a pasar inadvertido y tal vez por ello, con menos valor, ¿merece ser rescatado del paso del tiempo?

Es quizás este punto de reflexión lo que está tras la idea del rescate del cielo como un patrimonio natural, pues estando ahí siempre, en nuestra cotidianidad, poco nos detenemos a pensar en él, a verlo de una cierta manera, y así, difícilmente podemos llegar a considerar la riqueza que nos ofrece, y la necesidad de su cuidado.

Es entonces el cielo, especialmente el cielo nocturno, lo que incentivó a un grupo de jóvenes de la zona en 2007, a dar vida a la agrupación astronómica Aconcagua y posteriormente al observatorio de Pocuro, buscando difundir y rescatar la astronomía en su dimensión educativa y científica, ofreciendo a la comunidad la posibilidad de explorar y entender la riqueza del cielo en el valle de Aconcagua.

Para Yerko Chacón, director de la agrupación y encargado del observatorio Pocuro, dicho esfuerzo ha podido ser catalizado, por un lado, gracias al apoyo de la municipalidad de Calle Larga y de la Universidad de Valparaíso, pero aún en mayor medida, gracias al esfuerzo de la agrupación astronómica Aconcagua y la comunidad de Pocuro, todos quienes han llegado a sentir el observatorio como un lugar propio, participando activamente en las distintas actividades que se realizan en éste, señala Yerko.

Hoy el observatorio cuenta con un telescopio de 17 pulgadas, el cual se usa para difusión -aunque se utilizó también en experiencias de investigación-, y un telescopio recientemente instalado, de 3 toneladas, con un espejo de 61 centímetros de diámetro, donado por la universidad alemana de Bochum a la Universidad de Valparaíso, la cual permitió su instalación en el observatorio Pocuro. Este avanzado telecopio se utilizará principalmente para desarrollar investigación científica gracias a su potencia y avanzada tecnología.

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Nuevo telescopio donado por la Universidad de Bochum. Fotografía, gentileza Observatorio Pocuro.

A través de éstas herramientas es que se desarrolla en el observatorio investigación astronómica, llevada a cabo por estudiantes e investigadores de la Universidad de Valparaíso, pero también se ofrecen diversos seminarios y visitas enfocadas a la comunidad y especialmente a colegios de Calle Larga, para desarrollar experiencias educativas en torno a la astronomía. Junto a este trabajo se difunde dicho conocimiento a través de un observatorio móvil, el cual recorre diversas localidades de la zona permitiendo acercar la astronomía a quienes no pueden visitar o no conocen aún el observatorio.

Son estas actividades de difusión y educación, las que justamente han permitido a la agrupación poder instalar como problema el rescate del cielo desde la idea de patrimonio natural. Para Yerko esta necesidad de protección se justifica en diferentes niveles. Por un lado el cielo mismo es una fuente de conocimiento, el cual no sólo nos permite adentrarnos en una mirada científica desarrollada desde la astronomía, sino que también abre las puertas a los conocimientos y tradiciones de los antiguos habitantes indígenas de la zona, quienes cultivaron una profunda relación con el cielo y las estrellas. Sin embargo, la empresa de acceder a todo ese conocimiento no se puede llevar a buen puerto si no va de la mano de un trabajo de concientización de la sociedad, respecto a la necesidad de protección del cielo; esto apunta principalmente a la reducción de la contaminación lumínica, producto de nuestras actividades cotidianas, para resguardar de esta manera la posibilidad de su observación, como de su estudio y posterior difusión.

Queda decir finalmente que en esta iniciativa encontramos una visión que permite el encuentro de la comunidad en su más amplia diversidad (investigadores, estudiantes, habitantes del lugar) y a través de la educación, con aquello que tienen frente a sus ojos, con aquello que nunca se vio de la manera en que pudiese mostrar todo lo que tiene para ofrecer, configurándose en este proceso, un camino posible para la reconsideración y así para constitución de un patrimonio donde antes no lo había.

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Amigos del Observatorio Pocuro. Fotografía, gentileza Observatorio Pocuro.